
Ésta es una de esas historias que nos ponen felices poder contar. Todas nos alegran, pero algunas tienen un 'agregado' especial. Ojitos (ahora Lucky) llegó al canil municipal gracias a una denuncia de sus vecinos. Su dueño había matado a sus cachorros y la había atado con un cable a un poste, dejándola librada a su suerte. Estuvo largas semanas en el canil esperando que alguien la adoptase. Por esos días dejaron en la perrera una caja con 6 cachorritos. Ojitos lloró al escuchar a los perritos y nos dió la lección más hermosa: cuando los pusieron juntos en el mismo canil comenzó a darles de mamar. Un gran ejemplo. Finalmente y después de mucho trabajo Ojitos fue adoptada y ahora disfruta feliz de esta segunda oportunidad que tanto se merecía.