Lobito antes de ser adoptado y después, con parte de la familia que él mismo se encargó de elegir.
Lobito es un perro excepcional. Bueno, compañero, educado, tranquilo. Ingresó al canil municipal en buenas condiciones pero nunca apareció nadie a reclamarlo como propio. Las semanas pasaban y nadie tampoco se interesaba en adoptarlo. Por esos días Lobito comenzó a ayudar en la tarea de rehabilitar a Reina (otra perrita capturada) mientras seguía a la espera de alguien que lo quisiera sumar a su familia. Los plazos se acortaban y sinceramente fue muy difícil ubicarlo. Pasó a un hogar en tránsito y salía a dar paseos con una pechera que decía ¿Me adoptás? Después de varias semanas Lobito encontró un hogar donde quisieron adoptarlo. Pero ese no fue el final de la historia... Todos los días Lobito se escapaba para llegar hasta la Escuela donde había pasado largas tardes ayudando con la rehabilitación de Reina y no se quería ir. Él ya había elegido a su nueva familia y quien lo había adoptado no quiso ir en contra de su voluntad. Lobito disfruta ahora de todo el amor que su nueva familia le da.